lunes, 13 de julio de 2009

Ejercicio de Fantasía

Piensa en una persona conocida y date cuenta de las veces que le has exigido comportarse
de determinada manera, y pídele perdón por haber querido cambiarla. Habla con ella con
sinceridad, sin miedos. Puedes decirle algo así: "Tú haz tu propia vida. Yo no voy a enfadarme
porque obres de una manera distinta a como yo lo haría. Entiendo que eres libre de hacerlo,
pero eso no quiere decir que no voy a protegerme de las consecuencias de tus actos.
Yo me protegeré cuando lo crea necesario, pero no voy a protegerte a ti mismo."

Saber decir que no

La persona libre es la que es capáz de decir sí o no con la misma sencillez en cualquier
circunstancia. Si a veces dices sí por no desilusionar a la gente, eso no es amor, es cobardía.
Un gran ejercicio para el amor es saber decir que no.
Cuando alguien te pide algo insistentemente, como si le fuera la vida en ello y tú no ves
lo positivo de que accedas, sé capáz de decir sencillamente y todo lo enérgicamente que sea necesario, que tu no sueles hacer regalos ni concesiones a las persona si no tienes claros
los medios ni los motivos sicológicos para hacerlos.Porque sinó vas a quedar resentido de
su imposición y él va a ser una víctima de ese resentimiento que provoca y , además estarás
retrasando su crecimiento y su autonomía como persona.
Ser disponible y estar abierto, no es eso. Eso es miedo a perder la imagen y cobardía ante la
verdad, porque decir la verdad es, a veces, difícil.
No quieres darle un remedio, pero quieres que se cure y , en cambio, no aguantas que se
porte así. ¡ Cobarde, egoista, hipócrita! , ¿ que hay de bueno en tu actitud?. Si hubieras estado completamente libre del sentido de culpabilidad, le hubieras dicho sencillamente que no.
El egoísmo es exigir que otro haga lo que tú quieres. El dejar que cada uno haga lo que quiera
es amor.
En el amor no puede haber exigencias ni chantajes.
Algunos me han preguntado cuándo voy a hablar de Dios. Y yo creo que, en lo dicho hasta
ahora, lo único que he hecho es hablar precisamente de Dios. A Dios sólo se le puede conocer
por la vida, que es su manifestación. Ël está en la verdad y de despertar a la verdad se trata.

Cuento

Se cuenta que un árabe fué a visitar a un gran maestro y le dijo:
- Tan grande es mi confianza en Alá que, al venir aquí, no he atado el camello.
Y el gran maestro le contestó: - Vé a atar el camello, idiota, que Dios no se ocupa
de lo que tú puedes hacer.

(Frag. autoliberación interior - Anthony de Mello)

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